Es un lugar tanto física como emocionalmente cómodo, protegido, libre de críticas, en el que encuentras escucha, contención, comprensión y calidez. Con estas cualidades explorar en ti mismo y compartir tu mundo interno y tus emociones se hace menos difícil.
El proceso de terapia es un espacio de exploración, de curiosidad, de interrogantes, y de respuestas, un paréntesis en tu día a día para evaluar, replantear, para elaborar aquellas situaciones que duelen, que molestan, que comprimen y tensan, encontrarnos con nuestros temores, heridas y con aquellas emociones que callamos, o que nos da miedo sentir y expresar.
Una psicoterapia es una invitación a reconectar contigo mismo/a.