Te invitamos a vivir una profunda experiencia de sentir y reconectarte con tu cuerpo y emociones.
Este es un conjunto de talleres (6) – que puedes tomar de manera individual o el ciclo completo- a través de los cuales recorreremos los 7 segmentos principales en lo que dividimos el cuerpo, explorando sus correspondientes temáticas psicológicas y emocionales :
– Pelvico – Abdominal – Diafragmático – Torácico – Cervical – Oral – Ocular.
Realizaremos ejercicios físicos para desbloquear las agrupaciones de músculos que se encuentran crónicamente tensas desbloqueando cada zona, permitiendo que las emociones allí alojadas tengan espacio para ser expresadas y contactadas, para habitarnos más conscientemente en el goce y la vitalidad
Este trabajo se enmarca en el contexto de la Terapia Corporal Emocional desde la cual nuestro bienestar emocional se basa en la capacidad de experimentar y expresar todo el abanico de sentimientos, sensaciones y emociones. En relación a nuestra historia y educación hemos aprendido a reprimir- no expresar y guardar- ciertas emociones, como la rabia, la pena, el miedo o la alegría, y para lograr ésta tarea contraemos ciertos grupos de músculos que, al hacerlo de manera habitual, quedan permanentemente en estado de tensión y luego, sin notarlo, nos impiden volver a sentir plenamente
Dirigido a quienes buscan un trabajo intenso a nivel corporal y emocional, de re-conectarse con emociones reprimidas y la posibilidad de expresarlas en profundidad.
Segmento Pélvico «Conectándome con mis raíces»
Las piernas y la pelvis son el sostén de nuestro cuerpo, son nuestro apoyo corporal y emocional; se relacionan con la seguridad, el arraigo y nuestra sensación de pertenencia y estabilidad.
En esta zona del cuerpo gran parte de nuestra vitalidad se presenta a través de la sensación de placer, la capacidad de entregarse y escucharse a si mismo, al placer de estar vivo y expresar creativamente nuestra energía vital.
Segmento Abdominal: “Conectándome con el sentir»
El segmento abdominal se relaciona con nuestras necesidades emocionales, con el sentir y en el cómo procesamos nuestras emociones. En este segmento están nuestras necesidades de vínculo, de ser contenidos y sostenidos por otro y nuestra capacidad de dejarnos ir en el flujo del placer.
Segmento Diafragmático «Conectándome con mi Respiración»
El diafragma es el músculo encargado del movimiento de la inhalación y exhalación de los pulmones, por lo que determina la intensidad de nuestro sentir, nuestra vitalidad. Este segmento es el canal de conexión entre el abdomen, en donde residen mis necesidades de vinculo y el tórax en donde experimento las emociones. En su estado de bloqueo produce la sensación de ansiedad o la sobre racionalización de lo que nos ocurre.
Segmento Torácico «Más allá de mi Coraza»
Este segmento está constituido por la musculatura del tórax, hombros, brazos y manos. Es uno de los segmentos más complejos, ya que en él se levantan variadas defensas psicológicas asociadas al miedo a ser rechazados o no ser queridos. Es por ello que en este segmento se trabaja nuestra capacidad de poner límites, acercando lo que necesito y alejando lo que me daña, para que, desde ese lugar, nos sintamos seguros de abrir nuestro corazón siendo capaces de dar y recibir amor.
Segmento Cervical/ Oral “Soltando el control me expreso”
En esta ocasión trabajaremos con los músculos del cuello y la boca. El cuello como puente que conecta a nuestra cabeza inundada de ideas, pensamientos, y el cuerpo lleno de sensaciones, emociones y deseos. La zona cervical tiene estrecha relación con el control, con no dejarse ir y con la separación mente/cuerpo. Mientras que a través de la boca yo expreso mis ideas, al trabajar esta zona, estimulo mi potencial expresivo y la capacidad de comunicar mi mundo interno libremente.
Segmento Ocular «El Darse Cuenta»
Los ojos cumplen la función de observar y ver lo que sucede en el entorno, este es un proceso objetivo, nuestros ojos son capaces de ver la realidad, lo que ocurre afuera. Sin embargo, la interpretación y el sentido que le otorgamos a esto se ve influenciado con nuestra historia y vivencias, de tal forma que al observar un suceso, rápidamente – y de manera inconsciente-, le damos valores y significados volviendo esta realidad subjetiva.
Al ser este proceso automático vemos la realidad a través de nuestras heridas y necesidades no satisfechas, tendiendo a tomar el mismo camino una y otra vez reafirmando que no hay otras opciones.





